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September 29, 2015

No quiero superarte, ese es el problema.

flickr/Christopher Gonzales

“Aquellos a quien amas nunca te dejarán, aún hayan mil razones para hacerlo, ellos siempre encontrarán una razón para quedarse.” ~ Desconocido.

Dejar ir es una opción—pero no es siempre lo que quiero hacer.

A veces, alguien se cruza en nuestro camino y nos hace darnos cuenta que nuestra vida nunca volverá a ser la misma.

No necesariamente es porque nuestra vida será perfecta—sino porque el resto palidece en comparación. Los mejores amantes son aquellos que nos cambian, sin cambiar nuestra esencia.

Esa persona especial se convierte en el compás que nos mantiene viendo hacia enfrente, y de repente sabemos, sin importar que nos traiga la vida, que ya no estaremos perdidos.

Aún cuando la vida nos dé razones para rendirnos, no podemos encontrar, dentro de nosotros, el deseo de alejarnos; son esos momentos en los que nuestra alma nos mantiene en algún lugar simplemente porque nuestra historia aún no ha terminado.

A veces pareciera que el final de un capítulo en nuestra vida, fuera el final de todo el libro; pero ninguna historia de amor es genial solamente porque las cosas fueron fáciles. No, las mejores historias de amor son aquellas que pasaron por momentos de caos, aquellas historias en donde la vida estaba en contra de ellas, pero aun así siguieron adelante.

Se trata de no abandonar cualquier esperanza, aún así, eso parezca lo más fácil; porque en el amor no se trata de escoger la salida más fácil, se trata de escoger el camino difícil, aún todo parezca perdido.

La verdad es que, hay ciertas personas a las que simplemente no podremos superar.

A veces conocemos a alguien tan especial que simplemente no queremos alejarnos de esa persona, hasta el punto de pretender que nada ha pasado; a veces alguien deja una huella imborrable en nuestras vidas, y nunca la olvidaremos. Sabemos que, no importa lo que la vida nos traiga—o a quien traiga—nada ni nadie podrá llenar ese espacio.

Está bien no rendirse, está bien rehusarse a superar a alguien.

Hay ciertas personas que están destinadas a estar en nuestras vidas y, dejarlas ir simplemente no es una opción; y aunque el camino se torne difícil, no podemos rendirnos.

Esta vez, superarte no es una opción. Mientas unos me llaman tonta, yo no veo otro camino. Porque, si en verdad creo que todo lo que siento es verdadero, ¿cómo podría alejarme?

Si creo en la influencia de la luna sobre las mareas, ¿cómo voy a ignorar las señales que envía el universo?

Y tal vez este obligada a seguir adelante, claro, no por decisión propia, sino porque a veces las cosas tienen una manera—graciosa—de no funcionar como uno quiere. Pero al menos yo sé que fui honesta, no solamente dentro de mi cabeza, sino que también fui honesta en los sentimientos que habitaban en mi corazón.

De eso se trata el no rendirse.

No se trata tanto de la otra persona, sino del trayecto por el que pasamos para poder aprender a confiar en nosotros—en nuestra intuición, en nuestro corazón. Y si podemos honrar esas cualidades, podemos honrar a otra persona y su trayecto.

Siempre que pienso en por qué no te quiero superar, me doy cuenta que no es por lo que has hecho por mí, ni por las cosas materiales, sino por la forma en que me haces sentir; y, he vivido lo suficiente para saber que hay personas que aparecen en nuestra vida una sola vez.

A veces he resentido el hecho que yo sea la única constante, la que siempre está tranquila, y tiene una mano firme. Pero, también sé que así es como debe de ser; porque, tenías que darte cuenta que no te dejaría ir, sin importar que tanto intentaras alejarme de ti. Pero necesitaba ponerme a prueba y darme cuenta que tanto deseaba esto y, que tan lista estoy en realidad.

Ha sido un trayecto lleno de enredos, miles de secretos, demasiadas promesas y, sin la suficiente acción. Debo admitir que he tratado de seguir adelante, he trato de llenar el vacío que dejaste con otras personas. He conocido nuevos hombres, he coqueteado y hablado con ellos, incluso he dejado que alguno toque mi cuerpo; pero el problema era que, aunque yo estuviese con ellos, aún estaba pensando en ti. Aun cuando parecía que cada uno había tomado su camino, yo todavía te veía en sueños.

Así que, cuando nos volvimos a encontrar, no estaba muy sorprendida; porque lo que he aprendido es que, cuando algo es real, se queda.

Ya sea un problema, o un regalo; es precisamente por eso que no te quiero dejar ir.

Tú me dices que esperas haberme enseñado tanto como yo te enseñé a ti y, sí lo has hecho. Pero tal vez la lección más importante que me has enseñado es que, a veces alguien aparecerá en nuestra vida y nunca volveremos a ser los mismos; porque la cuestión es que, no me quiero imaginar mi vida sin ti.

Así que me siento bajo el cielo obscuro mientras le pido a las estrellas y a los dientes de león que todo esto tenga sentido algún día. Que tal vez algún día tu no desees decirme adiós; y que ya en ese punto, lo único que quede por decirnos sea: hola—y junto con ese “hola,” una nueva oportunidad para hacer lo correcto.

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Link del artículo oríginal:

I don’t Want to Get Over You—that’s the Problem.

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Autor del artículo: Kate Rose

Traductora: María José Barillas

Editoras: Ashleigh Hitchcock (Inglés)/Yoli Ramazzina (Español)

Foto: Flickr/Christian Gonzalez

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