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March 2, 2012

El Poder de Reiki. {Artículo en Español e Inglés}

Creative Commons photo: http://www.flickr.com/photos/cyberdespacio/

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Doce años atrás, yo era de ese tipo de personas que tiene que ver algo para creerlo. Si una cosa no podía palparse, entonces no era real, especialmente si se trataba de todas esas “desconocidas” (y algunas más bien esotéricas) terapias alternativas, tales como el reiki, la acupuntura y el yoga. Ahora que llevo más de nueve años como maestra de yoga, es obvio que he adoptado algunos de estos métodos más “abstractos.” Hace seis años, cuando me ofreció un curso de primer nivel de reiki con uno de los más talentosos sanadores que conozco, supe que tenía que probarlo.

Al llegar al curso, saqué mi cuaderno y mi pluma, y ya estaba lista para empezar a tomar notas, puesto que tiendo a ser una estudiante perfeccionista. De inmediato, mi maestro me dijo: “Rina, por favor, guarda tus notas. En este curso, la lección trata acerca de sentir y experimentar, no de memorizar.”  Naturalmente, me dio un ataque. “¿Qué? ¿No puedo tomar notas ni ser supereficiente?” Ese día aprendí que desconectar el cerebro y conectarse otras áreas latentes del cuerpo es más eficiente. Ninguna cantidad de notas podría haberme ayudado a sentir y a entender la energía vital que yo estaba transmitiendo. De modo que… ¡tomé nota!

El curso de primer nivel de reiki es solo la iniciación al “ki,” lo que equivale a decir “chi” en China y “prana” en la India. Durante este curso, el estudiante accede a este “ki” o energía vital; en particular, recuerdo estas palabras que mi maestro nos dijo: “Ahora, todo lo que toquen recibirá energía reiki de ustedes.” Uno de los ejemplos que dio fue que ahora, cada vez que fuéramos a la tienda de víveres y agarráramos una fruta, también esta recibiría la energía reiki. Esta afirmación me pareció impactante, puesto que ahora me sentía responsable de todo lo que mis manos tocaran; tenía que estar plenamente consciente de lo que tocaba mientras lo hacía. Aunque el reiki trabaja por su cuenta y no tiene nada que ver con mi propia energía, pasa a través de mí. Esto me resultaba impresionante.

Posteriormente, me desconecté del reiki por varios años; solamente lo practicaba en mis estudiantes de yoga durante la relajación final que se conoce como savasana, o cuando algún estudiante se lesionaba. También lo puse en práctica conmigo misma. Me fascinaba cómo siempre experimentaba una sensación diferente a la que sentía la persona que recibía el reiki. Recuerdo a una persona que tuvo una crisis de migraña durante una clase de yoga; mientras impartía la clase, me senté detrás de ella y le hice reiki sobre la cabeza. Enseguida empezaron a arderme las manos. Una vez concluida, le pregunté qué había experimentado; me respondió que había sentido mis manos frías como hielo en la cabeza, y que ahora se sentía 10 veces mejor. Dado que he padecido anteriormente de migrañas, sé que las compresas de hielo aplicadas sobre la cabeza ayudan a aliviarlas. En ese momento, comprendí realmente lo poderoso que es el reiki, porque trata a cada persona según esta lo necesite.

Durante estos años de práctica, tuve deseos de hacer el curso de segundo nivel de reiki, pero nunca “encontré” el tiempo. El año pasado, tomé la iniciativa y me decidí a hacerlo. Los planetas se alinearon favorablemente y recibí el mensaje, por lo que tuve la suerte de recibir el segundo nivel de reiki durante un curso personal. ¡Qué gran privilegio! El descubrimiento más notable que hice después de este curso fue que me sentía con el reiki tan cómoda como con el yoga, lo que dice mucho, puesto que el yoga es mi pasión y mi vocación. De inmediato me conecté con la técnica y con los símbolos. Fue casi como si regresara a una fuente que mi subconsciente siempre supo que existía. Podría decirse que encontré mi segunda vocación.

By Andy Beer from Wikimedia Commons

Una vez terminado el curso, tenía que practicar con alguien, por lo que reuní a un grupo de “conejillos de Indias” voluntarios.  Mi primera “conejilla” resultó conmovedoramente perfecta, ya que tan pronto le puse las manos encima y empecé a aplicarle la primera técnica, se echó a llorar. Esta primera técnica penetra a través del subconsciente, y llega hasta lo más profundo de las diferentes capas del cuerpo. Ante sus lágrimas, comencé a aplicarle la segunda técnica, destinada a dar paz y tranquilidad. Enseguida dejó de llorar y empezó a relajarse. Tras estar unos minutos usando la segunda técnica, regresé a la primera y de inmediato tuvo una reacción. Su cuerpo comenzó a contraerse un poco. Intuitivamente, pasé a la tercera técnica, cuyo objetivo es brindar una sensación general de sanación, y trata de que la persona se sienta más alerta y consciente, en un sentido más amplio.  Dejó de contraerse, y pude percibir cómo se expandía su energía, a la vez que esta se sentía más calmada y liviana. Su rostro mostraba una leve sonrisa. Pasados algunos minutos de esta sensación de bienestar general, retorné a la segunda técnica, solo para concluir esta minisesión con un poco más de paz. Después de la sesión, le pregunté qué había sentido y, para mi sorpresa, describió exactamente lo que yo había practicado en ella. Me dijo: “Primero sentí que algo penetraba a profundidad directamente a través de mi cabeza, y descendía por mi cuerpo. La sensación era tan intensa que tuve que llorar, pero no porque fuera mala.  Entonces, rápidamente me invadió una sensación de paz, y me sentí relajada y libre de preocupaciones. Acto seguido, volví a tener esa sensación intensa, que me provocó  una oleada de emociones. Esto duró poco, y seguidamente experimenté una sensación absoluta de expansividad y conciencia: me sentí alegre.  Al final, volví a experimentar aquella sensación de paz. ¡Fue increíble!”

Solo puede mirarla atónita y decirle: “¡Ah! Esas fueron exactamente las técnicas que usé en ti.” Me dejó perpleja que esta fuera la primera persona en la que trabajara después del curso, y que todo saliera al pie de la letra. Valga aclarar que esta persona no conocía de antemano ninguna de las técnicas de reiki: únicamente está bien sintonizada con su cuerpo y tiene buena percepción de la energía. Para dar una ligera perspectiva:  es probable que la sesión completa haya durado unos 6 minutos, por lo que fue muy breve; sin embargo, dentro de esos pocos minutos, se desarrolló toda una historia y un cambio completo, lo que nuevamente me hizo apreciar el potencial que lleva implícito esta técnica sanadora.

Aún no he podido experimentar lo que representa el tercer nivel de reiki, pero me pregunto qué caudal de inteligencia y sabiduría superior pueda esperar por mí, así como por aquellas personas que reciban la bendición de experimentar este tesoro que se nos ha concedido a todos.

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Editora: Jeannie Page

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Rina Jakubowicz  |  Contribution: 2,000