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October 30, 2012

Espiritualidad más allá de la Nueva Era. ~ Pablo Morano {Artículo en Español}

Lo desconocido genera dos reacciones naturales en los hombres.

Primero es el instinto de sobrevivencia el que se apodera y rechaza completamente lo que ve al no poder comprenderlo. La siguiente es intentar entender el extraño fenómeno, ahondando en sus razones e intentando dejar a la mente tranquila.

Lo esotérico, por definición, es algo oculto o de difícil comprensión por parte de la mente.

Para la mayoría de la gente y para los medios establecidos, lo esotérico significa un conjunto de extraños fenómenos y enseñanzas desconocidas para ellos, que tienen un valor respecto a la curiosidad de las personas del cómo y por qué funcionan, pero en las que es muy difícil adentrarse de manera más profunda y en las que no logra divisarse mayor verdad.

Sin embargo, dentro de la gran confusión que se expresa entre todos los distintos sectores de este tipo de conocimientos existen grupos y personas que buscan desarrollar entendimientos y material que realmente aporten a la evolución de la sociedad y de los seres humanos en torno al empoderamiento de cada persona.

Conocimiento oculto

A través de la historia de la sociedad occidental, una gran cantidad de conocimientos sobre diversos temas fueron bloqueados según lo permitido por los poderes imperantes en los distintos momentos.

Las religiones se adueñaron del concepto de espiritualidad ofreciendo una única y exclusiva forma de practicarla, mientras que la ciencia se transformó en el periodo de la iluminación en la manera de comprender el funcionamiento de lo físico.

Así es como grupos de sociedades secretas decidieron continuar con enseñanzas ancestrales de manera paralela a lo establecido como “correcto”, permitiendo el ingreso solo a algunas personas seleccionadas por sus lazos familiares o por sus aptitudes.

Claro que en todo ese tiempo, los humanos no hemos dejado de tener preguntas respecto a fenómenos que van más allá de la comprensión de la mente o de lo que una religión pudiese haber dictaminado como verdad, ya que ni la ciencia ni la religión han logrado responder todas las preguntas que han prometido responder.

Desde mediados del siglo XX, posterior a la Segunda Guerra Mundial y con la aparición de revoluciones basadas en el uso del amor como herramienta de transformación social en el mundo, las cosas comenzaron a cambiar y surgió una necesidad de explorar desde otras aristas los temas interior de la sociedad, mucho de ello también apoyado por el influjo de cultura oriental que comenzó a llegar a occidente.

Fue el comienzo de lo que podríamos llamar una “Contra Cultura” que nacía fuera de los radares de los medios de comunicaciones y se abrió paso a través de quienes se sentían listos para cuestionarse más allá.

El nombre con el que normalmente se conoce a este grupo es “Nueva Era”, venido desde el concepto de que este es el comienzo de una época nueva que se entrecruza con la entrada del sol en la casa de Acuario del zodiaco, junto al despertar espiritual de las personas que logrará liberar al mundo de los males.

De todos modos, la cantidad de información ha sido tanta y con un nivel de diversidad tan grande, que en estos momentos es difícil poder distinguir las enseñanzas y conocimientos que se preservaban en secreto de la simple charlatanería.

Básicamente, para quienes no están inmersos en esta Contra Cultura, no son capaces de distinguir entre fenómenos paranormales, sanadores, movimientos religiosos y espirituales, de corrientes que realmente buscan comprender la vida y cómo poder aportar a vivir mejor y de un modo más empoderado como ser humano y en conexión con la espiritualidad, en real libertad y dando el siguiente paso en la evolución.

El gran saco de la confusión

Dentro del gran saco al que se conoce como Nueva Era en estos momentos, en mi opinión existen cuatro grupos que difieren enormemente unos de otros, pero que tienen algunas terminologías o conceptos en común, lo que dificulta el poder entender realmente que los diferencia si no se conoce mayormente del tema.

El más mediático de estos grupos es quizás el que en realidad más se aleja de la real búsqueda del desarrollo de las personas.

Se centra en los fenómenos extraños que ocurren y que no somos capaces de explicar con la mente, ni con la ciencia o la religión. Por lo mismo generan gran atracción mediática; las personas buscan poder encontrar respuestas y los medios son capaces de llamar fácilmente la atención, pero sin realmente llegar a una explicación.

Aquí podemos encontrar todo tipo de fenómenos paranormales, apariciones, movimientos de objetos, casas embrujadas, hechizos, brujerías y hasta incluso en algunos casos teorías de contactos extraterrestres.

Al mismo tiempo, también se unen del mismo modo mediático prácticas como el tarot, adivinos y videntes.

Muchos de los cuales funcionan con conocimientos antiguos que no han sido actualizados a lo que conoce hoy la sociedad y con parámetros de polaridad donde existe una guerra entre el bien y el mal (luz y oscuridad) y donde es difícil saber a quién creerle.

Sólo hace días un vidente que se acaba de hacer famoso en Chile por supuestamente predecir el terremoto de 8.8 intentó dar los números del siguiente sorteo de la Lotería en vivo en televisión…y ninguno de los que él escogió salió sorteado.

De todos modos, vale destacar que dentro de este grupo de fenómenos y técnicas sí existen personas que realmente saben lo que están haciendo y que son capaces de realmente ver el potencial del futuro al salirse del tiempo, en la compresión de que el futuro no está escrito y las decisiones que se puedan tomar durante la vida lo moldean.

¿Somos capaces de auto-sanarnos?

Cansados y desalentados de intentar encontrar la enfermedad a través de costosos exámenes y distintas y disonantes opiniones de doctores, hay personas que buscan la sanación a través de otras vías.

La medicina oriental se ha transformado en una de las alternativas para sanar el cuerpo del mismo modo en que lo han hecho la acupuntura y algunas terapias florales.

Tanto es el interés por este tipo de cosas que en Chile por ejemplo, el Colegio Médico se empeñó en sacar adelante una ley que permite la práctica de este tipo de terapias sólo a personas que hayan cursado cuatro mil horas pedagógicas sobre medicina occidental. Sin duda, la aplicación de este tipo de alternativas en culturas orientales tiene mucho éxito aunque la ciencia de este lado del mundo no es capaz de explicar el por qué.

Sin embargo, el trabajo de estos y otros profesionales que suelen ser un buen complemento para la medicina alopática se ven mermados por el trabajo inescrupuloso de otros que se hacen pasar por sanadores y curanderos—otro excelente alimento para los medios—logrando una vez más que la exposición a la mayoría de las personas sea de quienes no son la mejor representación de este tipo de conocimientos.

Personalmente, creo que el ser humano es capaz de auto-sanarse si logra sintonizarse sin juicio con el aviso que le entrega el cuerpo en el momento de la molestía o la enfermedad.

Los grandes sanadores que usan una infinidad de técnicas como el Reiki, Quantum touch y otros sistemas, lo que hacen es lograr invitar al paciente a resonar en un nivel de autoconocimiento y maestría, donde la auto-sanación es posible.

De todos modos, el que esto funciona depende de que el paciente quiera sanarse, que tenga ganas de vivir y mejorarse. He sido testigo de recuperaciones increíbles por parte de personas que comprenden lo que les sucede y de callejones sin salida en aquellos en que la enfermedad no es más que una forma de llamar la atención. No existe la intención real y pura de sanarse.

La religión es un sistema

El yoga y la meditación se transformaron en los últimos años en prácticas aceptadas por la mayoría de la sociedad como unas formas de mantener el cuerpo y la mente en equilibrio. De alguna forma, estas prácticas han sido lo más visible de la expansión de culturas orientales y sistemas religiosos de esa parte del mundo, a las que mucho se han adherido y practican.

Sin embargo, sin quitarle el mérito a estas prácticas, muchas personas las practican sin realmente entender el trasfondo de lo que se busca y llegan al yoga como una forma de “hacer ejercicio” solamente y a la meditación buscando relajación.

Además, el hecho de que su base sea extranjera a nuestra cultura hace que para muchos otros sean de difícil comprensión.

Otros, cansados de no poder encontrar respuestas a sus inquietudes de trascendencia en las religiones, deciden dejarlas. Entonces la meditación y las visualizaciones se vuelven algo común, y un nuevo panteón de ángeles, arcángeles, maestros ascendidos y rayos de colores para sanarse, protegerse e iluminarse se toman las creencias apoyados en lo que la mayoría de la Nueva Era que esta Contra Cultura conoce.

Un día comencé a darme cuenta que luego de años en clases de meditación y años de aprendizaje de diversas técnicas y escuchando a muchas personas en el centro donde trabajaba, no había un real crecimiento o cambio en quienes ingresaban en esta Contra Cultura.

La Misa había sido remplazada por una meditación; el cura por un maestro; el Padre Nuestro por la Gran Invocación; la Santísima Trinidad por los arcángeles, los santos por los maestros ascendidos; el rezo para ser protegidos por los rayos de luz; el apocalipsis y el juicio final por el 2012 y la profecía maya; Dios y el Diablo, por la Luz y la Oscuridad.

Así, lo que sucedía era que se cambia una religión establecida como sistema por una que tiene menos orden, pero donde a quienes les cuestionas alguna de las creencias o dichos del maestro, se defienden de forma tan dogmática como un eclesiástico.

Para mí, la espiritualidad es la capacidad intrínseca de cada ser humano de notar que es un ‘Ser’ antes de ser ‘Humano’, y que eso permite un empoderamiento desde la verdadera sabiduría más allá de este espacio tiempo—y esta encarnación.

Ciencia vs. espiritualidad

Desde el comienzo de la Ciencia desde la razón, los caminos de esta y la espiritualidad se distanciaron, básicamente porque son dos formas de explicar lo mismo. Entonces fue imposible que ambas pudiesen encontrarse en ningún nivel.

Sin embargo, las corrientes esotéricas usualmente son las pioneras en conocer ciertas cosas que luego la ciencia comprueba y muchos descubrimientos científicos fueron recibidos por inspiraciones que no tienen mucha lógica o durante sueños.

Así, hace unos años atrás a un grupo de físicos se le ocurrió la locura de las “Super Cuerdas” en la física cuántica. Algo que permite dar pasos hacia entender el movimiento de las energías y cómo funciona realmente el universo, explicando gran parte de la metafísica que se conoce en la Nueva Era.

Pero la enseñanza de la física y las ciencias no va tan rápido, y los conceptos de física cuántica son sólo enseñados a alumnos de doctorados y poco se sabe del tema en la sociedad.

La irrupción de la película “¿Qué rayos sabemos?” la cual está basada en conocimiento canalizado y apoyada por científicos es uno de los pocos intentos de adentrar esto en los medios establecidos. La película no llegó a los cines en Latinoamérica, excepto por un par de funciones especiales y la mayor cantidad de espectadores fueron personas relacionadas con la Nueva Era.

Parte del resultado de esto ha sido un uso indiscriminado de la física cuántica por parte de prácticamente cualquier persona interesada en iniciar un camino en el ámbito, sin mayor estudio o preocupación por los detalles, excepto en lo que se refiere a las creencias puntuales de la persona o para sostener sus dichos y técnicas.

Algo similar ha pasado con información que reconocidos canales han logrado obtener del ADN y mientras algunos trabajan muy en serio en lograr formas de conocer más del, otros simplemente usan el término como una buena forma de atraer a los miembros de esta Contra Cultura.

El empoderamiento de las personas

La cantidad de información es tan grande.

Como no existen personas o instituciones que hayan tomado la labor de ordenar, usualmente quienes entran en el círculo de la Nueva Era buscando una forma de desarrollarse como personas terminan entendiendo que su camino está en dejar atrás su forma de enfrentar el mundo hasta ahora, salirse de la ilusión que es lo establecido y dedicar su vida a ser terapeutas o gurús.

Tan duro como esto puede sonar, mi punto va a que las personas involucradas en esto, por miedo a lo que lo establecido cree de la Nueva Era y a los juicios de los otros, mantienen su conocimiento oculto, como esotérico, cuando lo que hoy se necesita es apertura, que quienes llegaron a estudiar de manera seria todo lo relacionado con el verdadero empoderamiento humano tomen las posiciones que tienen en la sociedad ‘establecida’ para generar cambios desde ahí, no desde afuera.

La labor está en la sociedad. Es hora de hacer público lo esotérico, pero en serio. Más allá de los fenómenos paranormales, los sanadores chantas, las creencias limitantes y la física que no entendemos.

Sólo abriéndonos a la sociedad quienes realmente creemos en el empoderamiento de cada ser humano en esta tierra a través de cualquiera de estas vías, podremos hacer entender a los medios establecidos y a la sociedad el aporte de esta mirada más amplia y el verdadero significado de evolucionar.

Es hora de abrirnos al mundo.

Pablo Morano es un amante de las galletas, estudiante de la vida y asesor espiritual que cree en la intuición y le gusta hacerse las preguntas difíciles. Él estudió periodismo y le gusta enseñarles a las personas a ver las cosas desde otros ángulos. Le puedes contactar en [email protected].

 

 

Redactora: Jamie Morgan

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