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January 16, 2016

El lado de la depresión y ansiedad del que nadie habla.

Flickr/Holly Lay

Este verano estuve en un accidente.

Fui impactada por la parte trasera a 60 kph y obtuve varias heridas por las cuales estuve en rehabilitación por varios meses con una concusión y daños en el tejido blando en la parte superior del cuerpo.

En el enorme conjunto de circunstancias, yo estuve, relativamente, ilesa y estaba confiada que tendría una completa recuperación.

Aprendí que recuperarse de este tipo de heridas toma tiempo y definitivamente no es una recuperación directa.

Es más como una montaña rusa.

Varios meses después del accidente, justo cuando estaba casi recuperada de salud, tuve una recaída. Fui impactada con ataques de pánico y una profunda depresión que me marginó por al menos un mes.

He sufrido de depresión antes, varios años atrás en el 2007 y conocía los signos.

Haber pasado a través de una asesoría intensiva, orientación, desarrollo personal, y un examen de conciencia general durante cinco años más o menos, tenía medios que ayudaban con la depresión, medios que simplemente no tenía a mi alcance hace ocho años. Pero hubo otras cosas que todavía me sorprendían.

1. La depresión y la ansiedad no discriminan.

Cuando me encontraba recostada sobre una pila de cosas en el piso de madera de mi apartamento tras un ataque de pánico, sentía una sensación extraña de familiaridad y también de sorpresa.

Familiar porque ya había experimentado esa extrema ansiedad en el pasado. Estaba sorprendida porque inconscientemente había asumido que de alguna manera era inmune a volver a sentirlo. Después de todo, soy afortunada en haber prosperado en mi negocio, estoy viviendo según mi propósito, sobria y saludable—estaba muy feliz con mi vida.

De algún modo arrogante sentía que la oscuridad no podía tocarme, que no podían tocarme las oscuras manos de la ansiedad y depresión. Estaba equivocada.

A la depresión no le importa en realidad donde vivimos, que tipo de carro manejamos, o que hacemos para vivir. Ella no discrimina. La depresión impacta a varios de nosotros, es por eso que necesitamos unirnos para apoyarnos unos a otros durante nuestra enfermedad.

2. No todos entenderán.

Para mí, esto fue algo bastante duro de digerir. Ciertamente, muchas personas cercanas a mí se portaron de manera fenomenal al ofrecerme apoyo, y por eso estoy verdaderamente agradecida. Pero aprendí que algunas personas—sin importar que tan claro expliquemos por lo que estamos pasando—no comprenden lo que es la ansiedad y depresión.

Así como algunos amigos eran comprensivos, otros no lo eran. Algunas personas ofrecieron ayuda, otros se hicieron los ciegos; y no es su culpa. Hasta la persona más inteligente, sabia, y espiritual no se puede poner en nuestro lugar sin haberlo experimentado de primera mano.

3. El experimentar la oscuridad puede colorear el mundo.

Durante la depresión, sentimos como si somos las únicas personas en el mundo viviendo en ese lugar tan oscuro. Por supuesto que no lo somos, pero es así como yo lo sentía y era una perspectiva devastadora.

Cuando salí de la nube gris y oscura de la depresión, abrí mis ojos y noté cuantas personas, amorosas, amables, y comprensivas tenía en mi vida, no lo podía ver antes—la niebla y la oscuridad eran simplemente demasiado espesas, demasiado impenetrable para ver a través de ellas.

¿Mi lección? No estamos solos durante nuestra depresión.

4. Aumenta nuestra gratitud.

Para aquellos que estamos pasando por una depresión o ansiedad en este momento, no queremos escuchar esto, yo sé que yo no quería escucharlo. Para ese tiempo, los amigos que aludían esa teoría solamente recibían una mirada fría. Yo no quería escuchar cómo me ayudaría el ser más espiritual—solamente me sentía como basura.

Pero el haber salido al otro lado, debo de confesar que estoy más feliz, firme, y genuinamente agradecida de lo que estaba antes que la depresión apareciera. Despertaba cada mañana sintiéndome tan agradecida de estar viva, y pasaba mi día sonriendo hacia cosas más pequeñas e insignificantes—y se siente hermoso.

Para aquellos de nosotros que actualmente están viviendo en un lugar oscuro, yo los entiendo, los comprendo. Créanme cuando les digo que todo mejora, cuando salimos de ese lugar oscuro nos sentimos más vivos de lo que jamás nos hemos sentido.

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Link del artículo oríginal:

The Side of Depression & Anxiety that No One Talks About.

 

Autora del artículo: Cheryl Muir

Traductora: María José Barillas García

Editoras: Catherine Monkman (Inglés) / Yoli Ramazzina (Español)

Foto: Flickr/Holly Lay

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